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Publicado el 30 Mayo 2011
LÍNEA POLÍTICA
Acusa alcalde de Ciudad Juárez: están
periodistas al servicio del narcotráfico
periodistas al servicio del narcotráfico
Miguel SALGADO PETER
Acorralado en sus errores, preso de sus ambiciones y rabioso de que sus corruptelas y complicidades con el crimen organizado, hayan trascendido a la opinión pública, Héctor Agustín Teto Murguía Lardizábal, empezó ya una guerra abierta en contra de los medios de comunicación de Ciudad Juárez, a los que acusó de estar pagados por el crimen organizado.
Acostumbrado a la lisonja en pasquines a modo, consecuencia de la ola de críticas que se ha desatado en contra de su administración, El Teto ha enloquecido. Arremetió abiertamente, en contra de todos aquellos que nos hemos atrevido a exhibir la pestilente podredumbre que se desborda en el Palacio Municipal.
Y, con el encabezado Denuncia alcalde negra campaña cibernética en su contra, el periódico El Norte, propiedad de su primo hermano Oscar A cantú Murguía, en su portal digital, reproduce una durísima acusación del alcalde juarense, en contra de los periodistas: “Ustedes saben qué publicaron, tal vez pagados por el crimen organizado o en venganza porque les cancelamos un contrato o porque la administración anterior se fue sin pagarles”, dijo.
Así, sin más, el corrupto Murguía acusó que los periodistas que difunden los abusos de poder en que incurre, o son pagados por algún cártel de la droga o son extorsionadores. Dice el adagio: el león piensa que todos son de su condición.
Exhibido como corrupto y empleado del cártel de Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), ante el evidente riesgo de ser separado de la alcaldía, por decisión compartida del presidente de la República, Felipe Calderón y el gobernador, César Duarte, además de la exigencia de los juarenses, de que sea separado de la presidencia municipal, Murguía Lardizábal abrió un nuevo flanco, el equivocado: los medios de comunicación y sus representantes, los periodistas, aquellos que no aceptan ser sus bufones.
El iracundo Teto, confundido por sus costosísimos asesores, decidió declarar la guerra a los medios de comunicación y, para escarmentarlos, como le sugirió su secretario de Comunicación Social, Manuel del Castillo, ordenó al sanguinario asesino que tiene al frente de la secretaría de Seguridad Pública, Julián Leyzaola Pérez, provocar la detención de algunos periodistas, de esos de medio pelo, sugirió.
Su jefe policiaco atendió jubiloso la orden que le fue girada, a penas el fin de semana. Hoy mismo, sus esbirros arremetieron en contra de tres periodistas. Alrededor de las 13:00 horas Luis Escalera, camarógrafo del canal 26, de El Paso, Texas, fue arrestado a un costado de la Plaza de Armas, cuando tomaba imagen de decomisos de mercancía pirata, realizados por policías municipales. Para detener a Escalera, lo acusaron de proteger a los vendedores.
Luis Escalera fue liberado en el lugar, cuando sorpresivamente en apersonó en el lugar, el secretario de Comunicación Social del Gobierno Municipal, Manuel del Castillo. El responsable del manejo de imagen del Teto aparentó ponerse del lado del periodista, para que lo liberaran.
Antes, hacia el mediodía, en el crucero de Mina y Velarde, en la Zona Centro, policías municipales, sorprendidos usurpando funciones de agentes federales e inspectores de comercio, arrestaron al reportero Pablo Hernández y al fotógrafo, Ismael Villagómez, del periódico El Norte. Ambos fueron esposados y trasladados en la patrulla tipo pick up, número 630 a la Estación Delicias, como si se tratara de peligrosísimos delincuentes. A los policías que los aprehendieron, no les interesó que se hayan identificado. De nadie les valió laborar en el periódico del primo de Murguía. La orden la dio Leyzaola: Si ocupan, busquen motivos, pero tráiganme a periodistas para escarmentarlos.
Los agentes de la policía municipal, sólo cumplieron la orden. La liberación se dio ya en la estación Delicias, gracias a la exigencia de los trabajadores de la información que se reunieron en la delegación policiaca.
No es la primera vez que Murguía pisotea, cuestiona, agravia, vomita en contra de la libertad de expresión. Ya antes, arremetió en contra de periodistas prestigiados, serios, honorables, como Leonardo Salayandía Nájera, de Telemundo e Ismael Alvídrez Mejía. Sobre el particular, en la columna del 4 de mayo en el portal Politikkón, en su entrega, Mario Héctor Silva, describe a la perfección la estupidez con que actúa el alcalde juarense:
“El problema de Teto se llama Teto. Esa es la lápida que carga el munícipe en su segundo período de ejercicio político, el de un sujeto visceral y rencoroso, que actúa conforme según amanece y califica y regaña a los hombres de su gabinete que son indignos y no son merecedores de un cargo en el gobierno municipal –no porque alguien lo diga-, sino porque así los exhibe y así los vende para su desgracia el propio jefe de la comuna !Qué pena!
Los movimientos y ajusticiamientos de Murguía, obedecen a un patrón muy similar al modus operandi del narcotráfico: el de un sicario político, que ejecuta a placer a sus enemigos, sin tomar en cuenta los riegos de que pronto podría convertirse en el enemigo público.
La lista de los caídos en la lista del jefe de gobierno municipal, suma ya a notables personajes y periodistas, que inicia con los periodistas de la radio local, Ismael Alvídrez Mejía y Leonardo Salayandía Nájera, y con personalidades que parecieran estar fuera de la mirilla en su rifle de asalto, como el periodista Charles Bowden, que recién entregó una copia del libro El Sicario a la revista Proceso;
¡Vaya! A ese ritmo de sumar enemigos, diríamos que Teto-Presidente corre el riesgo de perder la cabeza y hasta de demandar al presidente del Consejo de Administración de la revista Proceso, Don Julio Scherer ¡Por Dios!
En esos avatares, ya trascendió que Teto en su insensatez, por defender su maltrecha imagen pública, pedirá recursos especiales al Ayuntamiento para enfrentar más allá de la frontera, al autor de El Sicario, pero además en territorio enemigo !Qué osadía!”. Hasta aquí el texto de Mario Héctor Silva.
Los arrebatos, la torpeza, la imprudencia de Teto lo ha llevado a pisotear a capricho todo lo que le place y a conducir un gobierno goebeliano, en el que se reproduce la máxima hitleriana de que una mentira dicha mil veces, se hace verdad. Es un sujeto que piensa que el que no está con él, está en su contra. No hay términos medios. No permite la crítica, así sea constructiva.
Precisamente producto de tanta estupidez, ratería y abusos de poder a favor de cárteles de la droga, es que los juarenses, exigen poner fin a su desgobierno. El 10 de junio, la movilización en su contra lo va a confirmar.
MIGUEL SALGADO PETER reporte.sur@gmail.com












